lunes, 12 de noviembre de 2007

¡Mañana ya es martes! Buff... cómo pasa la semana...

Gran frase. Ánimo para todos aquellos que tienen lunitis porque ¡mañana ya es martes! Propongo hacer una recopilación de grandes frases para la historia. Ésta que os he propuesto la dijo Manrique. Y no Jorge, sino un hombre mucho más inteligente. Tanto, que tiene la capacidad de, a mí al menos, alegrarme los lunes. Además de filósofo y psicólogo es muchas otras más cosas: escultor o artista en general, futbolista,... No os puedo poner su foto, pero os dejo con un autorretrato genial en el que demuestra su gran pasión: la Real (no se puede tener todo!!!). Un beso, Manrique, y que te recuperes pronto.


sábado, 3 de noviembre de 2007

Un día en el monte

El deporte cansa. ¡Y mucho! Ayer pasamos un bonito día con los aitas (que no son los más pequeños de Loiola, porque el hermano-de-la-madre-de-un-amigo-de-mi-hermano es muuuuuuuuuuuucho más pequeño que ellos). Sigo.

Fuimos a Aralar. Y aunque en la autovía había niebla, al llegar allí nos encontramos con un día precioso. Sol, cielo despejado, y una temperatura fresquita, perfecta para andar. La excursión empezó muy bien, porque la ama había llevado algo para picar y antes de salir "algunas" nos comimos un bocata de chorizo. Qué bueno... Comenzamos a andar y enseguida me llamó la atención la pureza del aire. En realidad me preocupó un poco, porque me extrañó tanto oxígeno. Y eso es una mala señal: no debería sorprenderme respirar aire limpio.

El paisaje era realmente bonito. ¡Con bosques otoñales, Cris! El suelo estaba cubierto por un manto de hojas caídas, pareciendo que alguien se había ocupado de colocarlas una a una antes de llegar nosotros. Y salpicando la alfombra marrón, asomaban unas diminutas flores lilas dando un toque exótico y llamativo.

Por si alguien tenía alguna duda, el otoño ya ha llegado. Y así lo pudimos comprobar en el color de los árboles, que anunciaban el cambio de estación con sus hojas amarillas, naranjas, rojizas y marrones. Os recomiendo que no os perdáis este paisaje y salgáis a recordar lo que es respirar aire puro de verdad. Las agujetas del día siguiente, merecen la pena.