möushik-oterapia

Recuerdo varios momentos de mi vida en los que la música ha sido un gran aliado. En el dentista (y no precisamente por el robótico hilo musical de las consultas), antes de algún examen importante, al término de esos días en los que harías realidad tus sueños más sangrientos en los que grapas a la mesa la lengua del alumno aquel de la última fila que no calla ni debajo del agua,... Sí... La música es una de esas cositas buenas que tiene la vida.

Recuerdo con mucho cariño aquellas sesiones en el dentista donde el "carnicero de la Concha", o mi ex-dentista, me sacó las 4 muelas del juicio. Aquel simpático señor se esforzó mucho por hacerme sentir cómoda, segura y, como suele decirse, en buenas manos. Se esforzó tanto que las gotas de sudor le caían por la frente. ¡Tanto tanto, que intentaba hacerme reír! En ocasiones ponía su rodilla sobre mi asiento, la mano sobre mi hombro y bromeaba enseñándome los dientes, cerrando fuerte los ojos y haciendo como si mis muelas, al sacarlas con los alicates, pesaran una tonelada. Qué gracia. Era bastante buen actor, porque parecía que estirara con todas sus fuerzas y conseguía ponerse muy rojo muy rojo.
A veces se pasaba un poco de gracioso, porque también hacía el chiste de reñir con la enfermera, el del domador de leones(ya sabéis, ese donde le abren la boca al león con las dos manos e intentan meter dentro su cabeza), y algún otro que no recuerdo bien. En realidad es una pena, porque me llevé la cinta de Alanis, me coloqué los auriculares a todo volumen, y no conseguí entender casi nada de lo que dijo. Hubiera sido muy diferente sin música.



¿Os suena?


Aunque no nos paremos a pensar en ello, mucha gente vive gracias a la música. ¿Os acordáis del chaval de la última fila que os contaba antes? Pues ese chaval, concretamente, vive gracias al grupo Deluxe, que si no lo escuchara después de tener clases con él, moriría desangrado tras el ataque de una horda de grapas asesinas. Y como él, más gente. Seguro que por vuestras cabezas están pasado decenas de ejemplos. ¿O no?



Los músicos son gente muy atareada. Cada vez que pongo el mp3 están todos ahí, esperando que los escoja para tocar. Yo esto lo entiendo. Por eso, de vez de cuando les doy un tiempecito de vacaciones. ¡Casualidades de la vida! A Paolo Nutini, después de un período de merecidísimo descanso, se le han acabado las vacaciones. Ale Paolo, cántante algo:



Gracias.